Dificultad Técnica:
Discurre por caminos en buen estado, salvo el tramo de descenso por la umbría de la sierra de Sta. Catalina hasta el arroyo Barbechoso, que presenta una fuerte pendiente y poca traza de senda. Se puede considerar exigente, más que por la distancia, por el desnivel acumulado que supera.
Recursos:
La ruta se adentra en la dehesa boyal de Mirabel, un precioso paisaje de grandes alcornoques (Quercus suber) en el que destacan dos declarados árboles singulares: el conocido como Padre Santo, localizado en una derivación del trazado del sendero y por lo tanto visitable, y el alcornoque de la Dehesa o Grueso, que se encuentra en una propiedad privada. Tras cruzar el arroyo de la Rivera comienza el ascenso a la sierra de Sta. Catalina, donde la vegetación se vuelve mucho más densa apareciendo manchas de pino rodeno (Pinus pinaster), castaño (Castanea sativa) y madroño (Arbutus unedo), hasta coronarla para recorrer la cuerda de su cima, con unas magníficas vistas del entorno y del relieve tipo apalachense de la reserva, entre jaras (Cistus ladanifer), cantuesos (Lavandula stoechas) y brezo rojo (Erica australis). Ya con el embalse de la rivera del Castaño (o del Risco) a la vista, comienza el descenso por la espesura de la umbría, una bóveda vegetal en la que a todas las especies mencionadas se unen otras como rusco (Ruscus aculeatus), durillo (Viburnum timus), helechos… En todo el trayecto es fácil observar buitres leonados (Gyps fulvus), gavilán (Accipiter nisus) y un sinfín de pequeñas aves forestales, además de ciervos (Cervus elaphus) y otros mamíferos.