Dificultad Técnica:
Es una ruta cómoda de practicar al discurrir por caminos en excelente estado y no presentar apenas desniveles, aunque hay que tener en cuenta la extensión total del sendero que la vuelve exigente en cuanto al esfuerzo a realizar.
Recursos:
La ruta discurre por las impresionantes dehesas de Casatejada y Toril, un auténtico mar de encinas (Quercus ilex subsp. ballota) y alcornoques (Quercus suber) que forman parte de una de las masas boscosas de este tipo más relevantes a nivel mundial: las dehesas de la reserva de la biosfera de Monfragüe. La tradición mesteña de esta zona permanece y se hace visible en los numerosos grupos de ganado que proliferan en las fincas que atraviesa la ruta. Otro indudable atractivo es el ornitológico; la dehesa es el hábitat que miles de grullas (Grus grus) procedentes del centro y norte de Europa eligen para pasar el invierno. También son el lugar natural de alimentación de las aves carroñeras del parque nacional, por lo que es fácil observar buitres leonados (Gyps fulvus) y negros (Aegypius monachus) o alimoches (Neophron percnopterus). Finalmente, los humedales de la zona, especialmente el charco Salado y un pequeño embalse sobre el arroyo de la Calera que cuenta con observatorio, ofrecen la posibilidad de observar cigüeña negra (Ciconia nigra) y numerosas anátidas y ardeidas.